Según un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (EEUU) llevado a cabo por Zaldy Tan y su equipo de científicos, aquellos que incorporan menos pescado a su dieta tiene un menor volumen cerebral, lo que, según detallan en el ‘Neurology’, “es el equivalente a dos años de envejecimiento estructural del cerebro”.
Estos resultados, obtenidos a través de resonancias magnéticas, vienen a confirmar lo que ya demostraron otros estudios anteriores, que el bajo consumo de pescado está directamente implicado con un aumento de la atrofia y el envejecimiento cerebral. No obstante, son necesarias un mayor número de investigaciones para poder afirmarlo con rotundidad.
Otros estudios publicados anteriormente afirman además que una dieta rica en pescado podría disminuir la mortalidad cardiovascular o por accidentes cerebrovasculares, e incluso podría estar relacionada con un menor riesgo de demencia.
En definitiva, todos estos trabajos apuntan que la ingesta regular de pescados, gracias a su alto contenido en ácidos grasos Omega-3, podría ser beneficiosa no sólo para el corazón, si no también para el cerebro.
Estos resultados, obtenidos a través de resonancias magnéticas, vienen a confirmar lo que ya demostraron otros estudios anteriores, que el bajo consumo de pescado está directamente implicado con un aumento de la atrofia y el envejecimiento cerebral. No obstante, son necesarias un mayor número de investigaciones para poder afirmarlo con rotundidad.
Otros estudios publicados anteriormente afirman además que una dieta rica en pescado podría disminuir la mortalidad cardiovascular o por accidentes cerebrovasculares, e incluso podría estar relacionada con un menor riesgo de demencia.
En definitiva, todos estos trabajos apuntan que la ingesta regular de pescados, gracias a su alto contenido en ácidos grasos Omega-3, podría ser beneficiosa no sólo para el corazón, si no también para el cerebro.
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